Florentino Ogara

Reseña: En estas Homilías Selectas, tomo I, se encuentran homilías mixta: expositivas y panegíricas, como la Homilía de la Natividad del Señor y la Homilía sobre el bautismo de Nuestro Señor; y sea Homilías panegíricas sobre algún santo del Antiguo Testamento: Homilía sobre el Santo Job. También hay Homilías morales como la Homilía contra los espectáculos, etc..; se encuentran también otros tipos de homilías. Las homilías de San Juan Crisóstomo divididas en dos partes, son las más de las veces hermosísimas, y se da en ellas, sobre todo al predicador ordinario y encargado de las almas, una lección de generosa autonomía de las reglas comunes y del bien decir...

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Reseña: Las Homilías de este tomo, son mixtas, parte expositivas, parte panegíricas, como las la de última Cena, la Cruz y el buen ladrón, el Cementerio y la Cruz, la Homilía para el día de la Resurreción, la de la Ascensión, sobre la fiesta de Pentecostés. Téngase en cuenta que cada homilía por separado, sobre todo cuando se comienza la explicación de un pasaje largo de la Escritura, no siempre puede tener la misma perfección absoluta que un sermón, donde se desarrolla por completo un tema; pero, en cambio, la homilía es como la lección de una cátedra, que no se ha de considerar aislada, sino como dependiente del encadenamiento de las demás homilías...

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Reseña: San Juan Crisóstomo escribió estas dos cartas, o más bien exhortaciones, a su amigo Teodoro, que habiéndose dedicado por su consejo a los ejercicios de una vida retirada y piadosa, no permaneció constante en sus propósitos, y llevado del amor de una joven, por nombre Hermiona, aflojó la rienda a los caprichos de la juventud. San Juan Crisóstomo le exhorta y anima a hacer penitencia y dedicarse como antes a la vida de retiro. Y no contento con la primera carta, en que parece agotar todos los recursos del celo para volverle a la vida primera, le escribió, varias otras, que aquí van con el título de segunda, en que insiste en las mismas ideas, y deja sospechar contraer matrimonio con ella, de lo cual le disuade con energía. El resultado de las dos cartas fue la conversión de Teodoro, que volvió a hacer una vida de recogimiento, perfección y de ejercicios piadosos...

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