Julián de Toledo

Reseña: La circunstancia que dio lugar a la elaboración del Prognosticon nos la narra el mismo Julián en la carta con la que presenta la obra ya terminada a Idalio, obispo de Barcelona, y que sirve de prefacio. Es el fruto trabajado de una conversación que mantuvo con el mismo obispo catálan, que había acudido a la sede toledana para participar en el XV Concilio de Toledo y permaneció allí durante la Semana Santa del año 688. La conversación tuvo lugar el Viernes Santo. Después de un rato de oración, en la que no faltó la contemplación mística a juzgar por las palabras del mismo Julián, ambos obispos comenzaron a preguntarse sobre el estado de las almas después de la muerte del cuerpo y antes de la resurrección final. Este escrito es la primera presentación sintética de la escatología cristiana. La finalidad del libro es pastoral y espiritual. Este libro, además de responder a las preguntas que surgieron a los prelados en unos momentos de conversación espiritual, quiere ser un escrito breve en el que las almas deseosas de conocer algo sobre las realidades últimas encuentren la doctrina de modo condensado. La obra se divide en tres libros: el primero trata sobre la muerte (Sobre el origen de la muerte humana), el segundo, sobre la situación de las almas después de la muerte y antes de la resurrección (Sobre el estado de las almas de los difuntos antes de la resurrección final de sus cuerpos), y el tercero, sobre la resurrección de los cuerpos (Sobre la última resurrección de los cuerpos). Los libros están divididos en varios capítulos, en los que se expone algún aspecto concreto de la doctrina católica sobre el tema general de cada libro. Cada capítulo está encabezado por un título que muchas veces tiene forma de pregunta. El primer libro contiene 22 capítulos; el segundo, 37; el tercero, 62.